Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 73 Sánchez Ramírez entró en El Seibo. 69 El control sobre este poblado le permitió establecer un punto militar en San Gerónimo, a las afuera de la capital, y a partir de ahí cortar la comunicación de Santo Domingo con Samaná, lugar clave para los franceses. Desde este momento quedó claro a los franceses que HQIUHQWDEDQ GRV IRFRV UHEHOGHV PiV R PHQRV ELHQ GHÀQLGRV HQ HO 6XU HO WULXQ - virato de Félix, Huber y Ramírez, y en el Este el movimiento encabezado por Juan Sánchez Ramírez. Entonces se iniciaron los movimientos estratégicos que permitieron el triunfo de los locales en Palo Hincado. Se prepararon los bagajes necesarios para acarrear de Yuma los auxilios de Puerto Rico que llegaron el 29 de octu- bre. 70 Se recibieron cuatrocientos fusiles y cartuchos, que vinieron en cuatro buques y una goleta que debían retornar cargados de caoba. 71 En esos días Sánchez Ramírez escribió a otros comandantes de los pueblos del Sur y del Norte, de los que ya había noticias de haberse sublevado pequeñas porciones de españoles, exigiendo que acelerasen el envío de patriotas. 72 El 30 de octubre Ferrand hizo una nueva proclama, con «mil promesas y otras tantas amenazas». 73 Esta era muy diferente a la que había hecho el 9 de agosto, que solo buscaba exhortar a la tranquilidad. Se lamentó de que, a pesar de sus exhortaciones, muchos fueron sordos a ellas y se habían sumado a la conspiración. Usó todo tipo de improperios y acusó a los implicados de «mal- vados», «vagabundos», «holgazanes», «bandoleros»; y a los que habían viajado desde Puerto Rico los llamó una «turba asquerosa de salteadores que ha vomi- tado en nuestras costas». Aunque en el documento no se mencionó a ningún caudillo, hubo un reconocimiento del desembarco desde Puerto Rico de 200 a 300 personas, lo que puso en evidencia a toda la población la magnitud del mo- vimiento. Nuevamente se jugó la carta de la desinformación, bajo el argumento de que no habría ninguna reintegración a España sin un acuerdo entre ambas potencias, restando calidad al movimiento en desarrollo. Informó de la próxima marcha de las tropas de línea y de la Guardia Nacional al frente de las cuales iría él personalmente. Amenazó a los poblados del Este, particularmente a El Seibo e Higüey, al decirles que «los días de la clemencia han pasado» ya que «se han dado órdenes para que sufran un castigo que sirva para siempre de ejemplo». 74 Hecho el anuncio, se iniciaron los preparativos para el lance que tuvo lugar una semana después. Como muy bien había señalado el vicario Vicente Luna en septiembre, sobre la poca presencia francesa en Santiago y la disposi- ción de los santiagueros de desplazar a las autoridades ante la primera señal, así lo hicieron. Cuenta Del Monte y Tejada que estos «organizaron sus colum- nas, prendieron a don Agustín Franco de Medina y en número de seiscientos pusiéronse en marcha para ir a reunirse a D. Juan Sánchez en El Seibo». 75

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