Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

542 Educación y cultura en el siglo XIX (1790-1880) Gaspar Polanco, pero tras la caída de este último conoció la prisión (1865). Vuelve a ocupar el mismo Ministerio en el gobierno de Cabral (1865) y, gra- cias a la alianza entre este último y Buenaventura Báez, es designado primero delegado del Gobierno en el Cibao, y luego gobernador de Puerto Plata. Es desde este puesto que se suma a la revuelta que dirigen Luperón y otros jefes azules contra Báez (1866), asumiendo públicamente su oposición a Báez, bajo el alegato de que: «a los traidores es preciso herirlos a traición». Durante el Triunvirato (1866), es nombrado subsecretario de Hacienda y luego, cuando Cabral regresa al poder, ocupa el puesto de presidente del Consejo de Guerra de la provincia de El Seibo. Cuando Cabral es derrocado por Báez (1868), debe retornar al exilio. Luego se le ve junto a Luperón, en la insurrección de 1871 contra el gobierno de Báez. Tras derrotar la insurrección, Báez ordena su fusilamiento. ,JXDO GH D]DURVD DXQTXH GH XQ ÀQDO PHQRV WUiJLFR IXH OD UXWD TXH VLJXLy Alejandro Angulo Guridi: desde su regreso al país en 1852 desarrolló una activa labor periodística como promotor de Santana. En 1857, se vio obligado a refugiarse en Curazao para huir de la persecución lanzada en su contra por los enemigos del hatero de «El Prado», pero ese mismo año regresó para cooperar desde Santiago de los Caballeros en los trabajos que culminaron en la cuarta presidencia de Santana». 51 Pasa entonces a ser el director y redactor de la *DFHWD 2ÀFLDO No obstante, tras consumarse la Anexión, es obligado a regresar nuevamente al exilio, esta vez durante seis años (1863-1869). De vuelta al país, retoma por un tiempo sus funciones de redactor y director de varios periódicos, hasta verse de nuevo exiliado en 1872 por el gobierno de Báez. A su regreso, fundó en 1875 el periódico (O 'HPyFUDWD Volvió a salir nuevamente en 1880, y esta vez no regresaría hasta 1903, es decir, tres años antes de su muerte, acaecida en Masaya, Nicaragua, en 1906. Como Alejandro Angulo Guridi, Rodríguez Objío postergó su produc- FLyQ OLWHUDULD HQ EHQHÀFLR GHO HQVD\R KLVWyULFR GRPLQLR HQ HO TXH FLHUWDPHQWH tenía mucho que aportar, por haber sido testigo y agente de la mayoría de los DFRQWHFLPLHQWRV TXH UHÀHUH HQ VXV REUDV FRQRFLGDV +LVWRULD GH OD 5HVWDXUDFLyQ y *UHJRULR /XSHUyQ (publicados en dos tomos en 1939). En 1951, el historiador Ramón Lugo Lovatón editó para el Archivo General de la Nación un volu- men titulado 5HODFLRQHV FRPSXHVWR D SDUWLU GH OD GRFXPHQWDFLyQ ÀUPDGD SRU 5RGUtJXH] 2EMtR HQ GRFXPHQWRV RÀFLDOHV SHULyGLFRV \ KRMDV VXHOWDV Ambos autores se vieron en la necesidad de obliterar sus respectivas producciones literarias debido a su activa inserción en el campo de la polí- tica. Ambos no solo padecieron la serie de constreñimientos que limitaban la práctica de la literatura en aquella época, sino que también encarnaron la

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3