Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 537 de la KLVWRULD GH 6DQWR 'RPLQJR DUUHJODGD SDUD HO XVR GH ODV HVFXHODV GH OD 5HS~EOLFD 'RPLQLFDQD En la administración del general José María Cabral y Luna, ini- ciada en agosto de 1868, ocupó los ministerios de Justicia, Instrucción Pública y Relaciones Exteriores. Es durante este período que redacta, junto a Emiliano Tejera, el Reglamento sobre educación que creó el Instituto Profesional, en respuesta a la necesidad de formar nuevas generaciones de profesionales, ya que el país carecía de un centro de estudios superiores desde el cierre de la Universidad Santo Tomás de Aquino en 1821. E L CAMPO DE LA MASONERÍA Y SUS VÍNCULOS CON LA POLÍTICA Y LA CULTURA Desde el siglo XVIII , la masonería de origen europeo había operado como un canal de divulgación de las ideas ilustradas, principalmente en lo relativo a la ciencia y la política. Fue por esa causa, al menos, que la Iglesia la había combatido desde mediados de dicho siglo, y es por eso que sorprende la es- casez de información disponible acerca del proceso que siguió la aclimatación de la masonería en el país durante el siglo XIX . En relación con su llegada a la isla de Santo Domingo, J. A. Ferrer Benimeli señala el papel que desempe- ñaron los masones franceses en la instauración de la masonería en las islas de su dominio a lo largo del siglo XVIII , y en especial en la parte francesa de Santo Domingo. Según este investigador, al estallar la revolución en Haití, la mayoría de los colonos blancos tuvo que refugiarse, bien en la Parte Española de Santo Domingo, bien en otras islas: «Y como la masonería que habían fun- dado los franceses era exclusivamente para hombres de raza blanca —apunta Ferrer Benimeli—, esto hizo que los propios colonos en su huida y exilio fue- ran los primeros propagadores de la masonería en las islas españolas». 40 Bajo el régimen colonial, la masonería había sido perseguida en la Parte Este de la isla tanto por el Tribunal de la Inquisición como por los edictos reales. En cambio, la masonería francesa había estado fuertemente vincula- da con las familias de mayor poder económico establecidas en ese territorio. Así, entre 1765 y 1795, la Gran Logia de Francia funda en Saint-Domingue las logias Réunion des Cœurs, La Concorde, La Persévérance, La Désirée, /·$PLWLp /D 9pULWp /D %pQpÀTXH &RQFRUGH \ OD *UDQ /RJLD 3URYLQFLDO HQ las ciudades de Jacmel, Port-au-Prince, Jérémie y Petit-Goâve, todas del Rito Escocés. Es, pues, con la francmasonería que establecen vínculos numerosas

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