Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
526 Educación y cultura en el siglo XIX (1790-1880) publicación de sus versos en forma de libro, pues, como ya se ha dicho, antes que ella, La Deana publicaba sus poemas en hojas sueltas salidas de una imprenta de su propiedad. Pertenecen también a este período Ana de Osorio; los ya mencionados Felipe Dávila Fernández de Castro y Manuel María Valencia; el poeta ciego 0DQXHO )HUQiQGH] DXWRU GH GpFLPDV GH EDUULR SDUD ÀHVWDV UHOLJLRVDV \ HO padre Gaspar Hernández (1798-1858), a quien algunos, como Max Henríquez Ureña, le imputan la autoría de unos versos satíricos en contra de Manuel Joaquín del Monte de marcada orientación racista y antihaitiana, aunque se- gún asegura Rodríguez Demorizi, dichos versos eran en realidad de la autoría de Ramón Hernández Chávez. /D KLVSDQRÀOLD La reacción de un amplio sector de la sociedad dominicana ante el auge del afrancesamiento no se hizo esperar: el apego a lo hispánico pros- peró de manera soterrada desde el inicio mismo de la Ocupación Haitiana. Ideológicamente, sin embargo, este hispanismo implicaba una voluntad sepa- ratista que, en el plano político, asumió las mismas dos vertientes antagónicas que habían operado durante la guerra contra los franceses. Una de ellas tenía como meta la separación para propiciar el regreso a España, y la otra propug- naba por separarse de Haití para fundar un país independiente. Entre ambas tendencias mediaba la actuación en el campo de la política y de la administra- ción pública del pequeño pero poderoso sector de los «afrancesados», quienes colaboraban con el régimen de Boyer y se lucraban a través de las operaciones de compra y venta de bienes nacionales, como la adquisición de tierras y casas antiguamente pertenecientes a la Iglesia. Así, fue esta contradicción, junto con el tinglado de intereses político-económicos que la fundamentaban, la causa principal que mantuvo debilitada a la voluntad separatista prácticamente durante todo el tiempo que duró la ocupación. Como era de esperar, entre los principales sustentadores de la tesis del retorno al orden colonial español hubo muchos representantes de la Iglesia Católica y de los sectores conservadores de la sociedad, principalmente los hateros. Estos dos sectores habían quedado arruinados por las ejecutorias de Boyer relativas a la organización de la propiedad de la tierra y del trabajo agrícola, pero esta situación se agravó en 1825 cuando Boyer produjo una ordenanza que obligaba a los habitantes de la Parte Este de la isla a contribuir con el pago de la indemnización de los colonos franceses que habían perdido sus propiedades en Haití a causa de la revolución.
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