Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
516 Educación y cultura en el siglo XIX (1790-1880) En 1795, López de Medrano había emigrado a Caracas, donde obtuvo HO WtWXOR GH EDFKLOOHU HQ ÀORVRItD \ DUWHV HQ OD 8QLYHUVLGDG 6DQWD 5RVD de Lima. Regresó al país luego de la Reconquista, encargándole el arzobispo Valera la enseñanza del latín y la retórica en el seminario. Posteriormente, IXH QRPEUDGR FDWHGUiWLFR GH ÀORVRItD VLHQGR HO SULPHUR TXH LPSDUWLy FODVHV sobre las corrientes modernas de esta disciplina en aquel centro. En 1821, fue nombrado rector de la Universidad. López de Medrano tuvo también una importante participación en la vida política de su época. Redactó un mani- ÀHVWR DO SXHEOR GRPLQLFDQR VROLFLWDQGR VX DSR\R D OD &RQVWLWXFLyQ GH &iGL] \ estuvo presente el 9 de febrero 1822 en la entrega de Santo Domingo a Boyer por parte de José Núñez de Cáceres. 5 Cerrada nuevamente en 1823, es decir, durante la Ocupación Haitiana (1822-1844), la Universidad Santo Tomás de Aquino, cuyo rector era en ese año el presbítero Dr. Bernardo Correa y Cidrón, ya no volvería a funcionar bajo ese nombre. Tras un intento fallido de restablecer la Universidad durante el gobierno de Pedro Santana en 1859, fue creado, el 31 de diciembre de 1866, el Instituto Profesional por mandato del presidente José María Cabral y Luna, en el cual se impartía Derecho, Medicina y Agrimensura. El Instituto Profesional fue cerrado a su vez el 10 de mayo de 1891, hasta su reapertura por mandato del arzobispo Meriño, el 16 de agosto de 1895. El 16 de noviembre de 1914, el presidente Ramón Báez emitió un decreto que transformaba al Instituto Profesional, del cual el mismo Báez era también el rector, en Universidad de Santo Domingo. Ya en el siglo XX , la Universidad cerró nuevamente sus puertas de 1916 a 1924, como consecuencia de la Ocupación Militar norteamericana. De ese modo, si se suman los 8 años en los que la universidad permane- ció abierta durante la «España Boba», los 25 años comprendidos entre 1866 y 1895 durante los cuales funcionó el Instituto Profesional, y los 5 años en que este último operó entre 1895 y 1900, tenemos que, en todo el siglo XIX , el país dominicano solo tuvo 38 años de labor académica, espaciados entre numero- sos e inmensos lagos de vacío. Para colmo, no todo el mundo podía estudiar en la Universidad en el periodo de la «España Boba». Por lo menos, no podían hacerlo ni los negros ni los mulatos (es decir, el 88% de la población de la Española, si extendemos a todo el período el estimado que ofrece Cordero Michel para 1808, o más, en términos relativos, si se toman en cuenta las migraciones), ni los blancos pobres o de orígenes considerados «dudosos» por la mentalidad de la época, y mucho menos las mujeres. Al igual que la educación superior, la educación primaria y secundaria, la cual había sido durante todo el período colonial una de las responsabilidades
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