Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

500 Avatares de la península de Samaná Entre los años de 1845 y 1854, aun sin que la República Dominicana fuera reconocida por los Estados Unidos, esta nación había enviado al país a seis agentes especiales, lo que ilustra por sí solo el marcado interés americano por la adquisición de la península y bahía de Samaná. 58 Esta política norteamericana de expansión hacia la república fue pues- WD HQ HMHFXFLyQ SRU XQD FiÀOD GH DYHQWXUHURV ³YHUGDGHURV ÀOLEXVWHURV D la usanza de los piratas del siglo XVII —, que estuvo formada por veteranos del ejército confederado, que se constituyeron en la guardia avanzada del 'HVWLQR 0DQLÀHVWR 8QR GH ORV PiV FRQQRWDGRV ÀOLEXVWHURV IXH HO JHQHUDO :LOOLDP / Cazneau, quien en sus aventuras por el país tuvo el aliento y la compañía no solo de otros como Benjamin Green, el coronel Joseph W. Fabens y los gene- rales Orville E. Babcock, secretario militar del presidente Ulysses S. Grant, Delos B. Sackett, inspector general del ejército de los Estados Unidos, y Rufus Ingalls, entre otros, sino también a su esposa Cora Montgomery, quien era considerada el cerebro del plan de asegurar la bahía de Samaná para los Estados Unidos, y de quien el periódico 1HZ <RUN (YHQLQJ 3RVW dijo: «La Sra. &D]QHDX HUD XQD IDPRVD ÀOLEXVWHUD \ XQD YHUGDGHUD SURPRWRUD GH OD LGHD GH anexión a Estados Unidos». 59 El general Cazneau, quien fue enviado al país en noviembre de 1853 como agente especial de los Estados Unidos por el secretario de Estado nor- teamericano William L. Marcy, y quien en los siguientes 15 años actuó como contacto entre los Estados Unidos y los Gobiernos dominicanos, el mismo año de su llegada le presentó al presidente Santana un tratado de recono- cimiento de los Estados Unidos a la República Dominicana a cambio de la bahía de Samaná. Cazneau, impresionado con las grandes ganancias económicas que se derivarían de una posesión norteamericana en Samaná, fundó conjuntamente con su socio Fabens, la American West Indies Company, designando a este último como su secretario. 60 En 1868 Fabens, para no ser superado en su competencia depredadora por Cazneau, obtuvo una concesión a perpetuidad de 1683 pies de terreno de playa y 30 acres de extensión en el mar, en la bahía de Samaná, para la construcción de un muelle y embarcadero. Fabens también fue un importante socio de Edward H. Hartmont, de quien recibió un pago de 1,000 libras esterli- nas por sus servicios. 61 Ese mismo año Fabens obtuvo del presidente Báez una concesión para un examen geológico y una exploración mineralógica de todas las provincias y distritos de la República Dominicana, como compensación por el trabajo y los gastos incurridos. Fabens y su socio Cazneau recibirían

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