Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

498 Avatares de la península de Samaná Congreso norteamericano, pues aún se mantenía la esclavitud allí y, como se- ñaló el secretario de Estado William L. Marcy al agente comercial norteameri- cano en Santo Domingo, Jonathan Elliot, «la paz y la seguridad de los Estados sureños se vería amenazada». 50 De esta forma la humillación de Santana fue UHDOL]DGD \ HO 'HVWLQR 0DQLÀHVWR GH ORV (VWDGRV 8QLGRV VXIULy XQD ERIHWDGD 51 E L ACUERDO DE ARRENDAMIENTO DE C ABRAL CON LOS E STADOS U NIDOS DE A MÉRICA Al volver a ocupar José María Cabral la presidencia de la república el 29 de septiembre de 1866 tuvo que enfrentar un levantamiento de los partidarios de Buenaventura Báez y también confrontó serios problemas económicos oca- sionados por los gastos incurridos en la Guerra de La Restauración. 52 Nuevamente Cabral recurrió a realizar gestiones secretas para negociar HO DUUHQGDPLHQWR GH OD SHQtQVXOD \ EDKtD GH 6DPDQi D FDPELR GH D\XGD ÀQDQ - ciera y militar. 3DUD WDO ÀQ VROLFLWy D ORV (VWDGRV 8QLGRV XQ SUpVWDPR GH GRV PLOORQHV GH dólares. Por esta asistencia, el Gobierno dominicano permitiría al Gobierno norteamericano el uso de las minas de carbón de Samaná y los cayos Levantado o Banister y Carenero para el propósito y por el tiempo que se acordara, además de que las aguas territoriales de Samaná fueran de posesión común de los dos gobiernos y se permitiría la construcción de astilleros en la península. Los Estados Unidos suplirían a la República Dominicana de los medios de defensa de la bahía y se establecería el precio de la renta de los cayos Levantado y Carenero. 53 El agente comercial de los Estados Unidos, John Somers Smith, agregaba que la posesión de estos dos cayos a la entrada de la bahía de Samaná sería de gran valor si el Gobierno norteamericano deseaba una estación naval en la isla de Santo Domingo. Esta propuesta fue rechazada por el Gobierno de los Estados Unidos, pues no incluía posesión de la península, y señaló que por la cesión de la bahía de Samaná y territorios adyacentes pagaría no más de dos millones de dólares, la mitad en efectivo y la otra mitad en armas. 54 Apremiado por los problemas políticos y económicos, Cabral envió a Washington a Pablo Pujols con instrucciones de indicarle al Gobierno nor- teamericano que el Gobierno dominicano deseaba arrendarle a los Estados

RkJQdWJsaXNoZXIy MzI0Njc3