Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
Historia general del pueblo dominicano 493 península de Samaná 40 artesanos de sangre africana, tales como carpinteros, aserradores, herreros, calafateadores, cordeleros, fabricantes de velas, etc., que sean capaces de trabajar en un aserradero y construir barcos de cabotaje, para recorrer las costas del país, veleros que le comprará el Gobierno. Si estos trabajadores tienen mujer e hijos, el Gobierno les dará tierras apropiadas para el cultivo de café y toda otra clase de alimentos, granos y vegetales que les sean de gran provecho». 31 Los años de 1824 y 1825 fueron los de la llegada de los libertos a la ciudad de Samaná. No existen documentos de la época que indiquen el día y mes de este arribo, ni el número exacto de emigrantes, aunque siempre se ha conside- rado que fueron 200 individuos. Según lo estipulado en el artículo 6 de las instrucciones del presiden- te Boyer, a cada 12 emigrantes les serían entregados 36 acres de extensión o 12 carós y un título perpetuo de dichas tierras, pudiendo exceder los 12 carós según lo determinasen las circunstancias. En el caso del asentamiento de Samaná, el Gobierno haitiano repartió a cada emigrante 5 carós de tierra (102.92 tareas) o la llamada «Boyerada». La mayoría de las tierras que fueron repartidas, especialmente las ubicadas en el noroeste de la península, fueron expropiadas a ex colonos franceses, mediante un decreto del presidente Boyer del 8 de febrero de 1823 «que otorga un plazo de 4 meses a partir de esa fecha a los habitantes propietarios de la Parte Española, que habían emigrado antes del 9 de febrero de 1822, para que pudieran regresar al país a gozar de sus bienes exceptuando de esta gracia a los colaboradores de la conspiración francesa de Samaná». 32 Aunque nunca se determinó con exactitud el número de libertos asen- tados, en 1870 se pudo establecer que el número de estos en el poblado de Samaná y sus alrededores era entre 500 y 600, divididos en partes más o me- nos iguales en cuanto a sexo. Según el censo de Mariano Torrente de 1868, la población de la península era de 1,400 habitantes, y según Samuel Hazard la ciudad tenía de 800 a 1,000 habitantes. Los libertos y descendientes representaban entonces más del 50% de la población total de la ciudad de Samaná. 33 La llegada de los libertos implicó para la sociedad de Samaná de la época una nueva conformación, pues estos trajeron el inglés, además de que funda- ron su iglesia Africana Metodista Episcopal y establecieron una escuela que impartía clases en su idioma. El aislamiento de Samaná permitió que esos libertos preservaran su cohesión cultural y social mucho mejor que los otros grupos de colonos de la misma época en la República Dominicana.
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