Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 481 aquellos considerados como adversarios. El tercero (1882-1884) fue el primer gobierno de Ulises Heureaux, el general que nació bajo la protección de Luperón, y posteriormente se convirtió en dictador y en su adversario. En el cuarto gobierno (1884-1886) se iniciaron los problemas. El presidente electo, Francisco Gregorio Billini, se vio obligado a renunciar en 1885. El vicepresidente Alejandro Woss y Gil fue quien asumió el cargo, con la sombra notable de Heureaux. • 1886-1899. Sube al poder Ulises Heureaux, el dictador que controló el escenario político, el que se impuso a todos los grupos caudillistas, que enfrentó a Luperón y lo envió al exilio, el hombre que logró aliar- se con los industriales azucareros y los comerciantes importadores- exportadores. La dictadura de Heureaux, conocido popularmente como Lilís, se inscribe en el concierto de dictaduras positivistas del siglo XIX en América Latina, cuyo lema fue Orden y Progreso, en de- trimento de la libertad. Continuando con el análisis de las luchas intercaudillistas, los 55 años com- prendidos entre 1844 y 1899 demuestran con creces toda esta terrible realidad que vivieron nuestros países. La República Dominicana tuvo 56 gobiernos, de los cuales quince fueron gobiernos electos, pero solo 4 pudieron cumplir sus períodos constitucionales. Treinta y cinco gobiernos fueron impuestos después de revueltas o golpes de Estado, por tanto, eran provisionales. Dos gobiernos fueron dictaduras, que, dicho sea de paso, tuvieron mayor duración (6 años de Báez y 13 de Ulises Heureaux), para un total de 19 de los 55 años. Si hacemos un análisis de los caudillos que asumieron el poder, podremos observar que tres caudillos (Santana, Báez y Heureaux) ostentaron el poder por 36 de los 55 años que duró el período. Una rápida contabilización nos arroja que tuvimos 16 presidentes en el siglo XIX que no duraron un año en el poder; algunos no solamente pudieron estar unos días, como fue el caso de Manuel Altagracia Cáceres en 1868, quien logró resistir 13 días en el ejercicio del poder. Los enfrentamientos intercaudillistas estaban a la orden del día. Entre 1856 y 1899, pudimos registrar 271 rebeliones armadas. 41 Solo en el año 1876 se registraron 68 movimientos. Entre 1873 al 1876 localizamos 141 revueltas. Los datos expuestos en los párrafos anteriores muestran con creces la realidad del caudillismo, que permeó a los liberales y a los conservadores; y cada uno, a pesar de tener ideas distintas, se vio sometido a esta lógica mor- tal. El siglo XIX dominicano se caracterizó por las luchas por asaltar el poder político. Las ideas fueron olvidadas, pues había que atender las premuras coyunturales.

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