Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
Historia general del pueblo dominicano 41 En opinión del regente Joseph Antonio Urízar, los moradores de Santo Domingo apenas tenían inclinación por la isla de Cuba, de modo que muy pocas familias se establecerían en ella. Preferían esperar a los franceses, expe- ULPHQWDU FyPR OHV LUtD FRQ VX JRELHUQR \ VHJ~Q HO UHVXOWDGR GHFLGLU ÀQDOPHQ - te qué hacer. Por su parte, García estaba convencido de que una sustancial oferta podría motivarlas a trasladarse a su nuevo destino. Existía además una campaña iniciada por Laveaux, en la cual ofrecía seguridad y protección a las que se quedasen. Los primeros en mostrar interés en partir de inmediato fueron funcio- narios de baja categoría, militares retirados, burócratas y el clero secular. También el arzobispo Portillo deseaba marcharse cuanto antes. Como excusa alegó que no podía desamparar a las monjas de clausura por ser vicario de la sede apostólica. Iría en un navío con las clarisas y dominicas. La excusa fue rechazada por García y el viaje también por las superioras de las dos comuni- dades religiosas alegando que no podían malvender sus bienes. El cabildo de la capital había solicitado al rey, en representación de todos los vecinos, que, además de Cuba, se les permitiese establecerse en Puerto Rico y Venezuela, lo que el monarca aceptó. La escuadra había llegado el 8 de noviembre a la bahía de Ocoa, donde solo podían anclar los navíos de gran tonelaje. Dos días después, Aristizábal ya tenía todo listo para que las fragatas 5RVD y 6LUHQD zarpasen con los primeros evacuados. El resto de la escuadra permanecería en la isla hasta el 10 diciembre. La renuencia de los habitantes de Santo Domingo a emigrar se debía, según García, a que esperaban la llegada del comisionado francés que reci- biría la colonia. Los vecinos acomodados ignoraban los auxilios que se les otorgarían en otro país, mientras los que tenían una larga familia se veían con una gran carga encima. El plazo de un mes para la entrega de la colonia se había cumplido y no se tenía ninguna noticia del agente que tomaría posesión de ella. Además de su consideración, García se hallaba sumamente contrariado por la presencia de tres diputados franceses en Bayajá, un blanco, un negro y un mulato, enviados por Laveaux, quienes se dedicaban a distribuir impresos sobre la libertad de los esclavos de los españoles Al informar a Godoy del contenido de esos papeles, el gobernador de Santo Domingo omitió otras re- clamaciones de los diputados. 33 Más que a la estancia de los diputados en la colonia, a García le preocupa- ba sobre todo una proclama de Laveaux dirigida a los españoles. Los republi- canos, decía en ella, eran sus amigos y hermanos y, por ende, debían quedarse en sus casas. Los propietarios disfrutarían de sus bienes en paz y las viudas
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