Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
Historia general del pueblo dominicano 33 Lo que para el gobernador francés no pasaba de una simple suposición al aclarar que el testimonio de los esclavos quizás estaba destinado a distraer la atención de los «falsos hermanos» que había en la colonia, se convirtió en una denuncia explícita y categórica efectuada por el jefe militar de la provincia del norte en carta al mismo Heredia. Los españoles, le decía, no cesaban de comerciar con los negros rebeldes, de combatir a su lado, de animarlos en sus crímenes, de facilitarles víveres y armas y de vender el mobiliario de las haciendas e ingenios incendiados en otras colonias. Los rumores sobre la ayuda que los españoles brindaban a los esclavos sublevados circulaban no solo en la isla, sino también en el exterior. Un im- SUHVR ÀUPDGR SRU XQ WDO *URVV HQ HO TXH QDUUDED ORV KHFKRV RFXUULGRV HQ Saint-Domingue entre el 26 de octubre y el 24 de diciembre, imputaba a García haber fomentado el alzamiento de los negros. 21 García rogó a Blanchelande que no diese pábulo a especies falsas y, en prenda de su honor, le anunció el envío de una relación completa de los «su- jetos que no solo habían sido admitidos, sino obsequiados según el carácter de sus personas». Ese ruego aparece en la carta que escribió a Heredia el 24 de diciembre, en la que reitera su protección y asilo a la gente buena de Saint- Domingue, a la vez que le advierte que, a causa de la anarquía reinante en esa colonia, deberá obrar con la mayor circunspección. Si García, según se pregonaba, dispensaba ayuda a los esclavos valiéndose GH SDUWLFXODUHV \ GH RÀFLDOHV DFDQWRQDGRV HQ OD IURQWHUD WDPELpQ KDFtD OR PLV - mo con los colonos blancos franceses, ya que otorgó permiso a Blanchelande SDUD TXH SDVDVH WURSDV D WHUULWRULR HVSDxRO FRQ HO ÀQ GH SDFLÀFDU HO IUDQFpV \ ©FRPR SXQWR DFRUGDGR HQ HO WUDWDGR GH OtPLWHVª (VWD ~OWLPD DÀUPDFLyQ HV absolutamente falsa, puesto que contradice el contenido del mismo relativo a la intervención de un país en los asuntos domésticos del otro. 22 Del estado crítico de Saint-Domingue estaba García perfectamente en- terado gracias a las constantes novedades que los jefes militares fronterizos le transmitían. Según Heredia, los insurgentes deambulaban de un lado a otro con gran osadía, incendiaban y seguían cometiendo sus delitos mientras el Gobierno francés permanecía inactivo, ya por falta de fuerzas o por otras razones. 23 A pesar de esa opinión, la Asamblea Legislativa francesa no había caí- GR HQ OD LQHUFLD \D TXH D ÀQDOHV GH GLFLHPEUH GHVHPEDUFDURQ HQ /H &DS ORV integrantes de la primera comisión civil: Roume de Saint-Laurent, Mirbeck y Saint-Léger, con la misión de restablecer la paz en la colonia. De los tres, HO SULPHUR HUD HO PiV VHxDODGR &LHQWtÀFR QDFLGR HQ OD LVOD GH *UDQDGD KD - bía constituido en ella un gabinete de historia natural muy reputado. Como
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