Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
Historia general del pueblo dominicano 31 esgrimieran como una de las causas de la insurrección la colaboración que García ofrecía a los negros. (Q XQ RÀFLR DO PDUTXpV GH %DMDPDU $QWRQLR 3RUOLHU HQFDUJDGR GH ORV asuntos indianos, García le explicó que las acusaciones vertidas contra él eran SURGXFWR GH XQDV FDUWDV VLQ QRPEUH QL ÀUPD (Q HOODV VH OH HQFDUHFtD D TXH proveyera a los esclavos de municiones para combatir a quienes no querían reconocer al rey español. 15 Al margen de esas misivas aparentemente comprometedoras, entre las dos colonias existían intercambios muy lucrativos. Los esclavos robaban en las plantaciones todo lo que podían y se lo vendían a los españoles, quienes se lo pagaban con pertrechos militares. Esos cambalaches debían realizarse con la aprobación tácita de los comandantes fronterizos. Conocedoras de esa acti- vidad ilegal, las autoridades francesas la utilizaron para achacársela a García como medio de presión con objeto de que se solidarizase con ellas. El gobernador español arguyó prepotentemente que si por alguna razón política tuviese orden de la corte para favorecer a los negros sublevados, la colonia francesa ya habría desaparecido. No obstante, todo su anhelo era aca- tar ciegamente las disposiciones de su rey. Como el departamento norte francés colindaba con la frontera, los co- lonos que huían del degüello se refugiaban en Santo Domingo, pero aun así no se sentían seguros. Por tanto, García mandó al capitán Pedro Saviñón, un hidalgo criollo, que permaneciese apostado en la Angostura, un paraje cerca- QR D OD SREODFLyQ GH 6DQ 5DIDHO D ÀQ GH HYLWDU TXH ORV HVFODYRV VXEOHYDGRV irrumpiesen en ese lugar y apresasen a los franceses que estaban en él. 16 Esas emigraciones habían empeorado debido a que los negros armados, sin víveres por haber arrasado todos los cultivos, procuraban abastecerse de ellos en la colonia española. En vista de ello, García dispuso que el brigadier Herrera se trasladase a la frontera para observar las operaciones del partido dominante, de suerte que, llegado el caso de que propasase la línea divisoria, le disputase el paso a cualquier fuerza que la violentase. Al mismo tiempo, pidió el envío de tropas a los gobernadores de las demás colonias antillanas. El de Puerto Rico le mandó el regimiento de Cantabria. No satisfecho con esas medidas, García armó a las milicias urbanas y desplazó al Batallón Fijo de Santo Domingo a la zona fronteriza. 17 Incapaces de vencer a los esclavos sublevados, los colonos franceses se propusieron conseguir la ayuda de Gran Bretaña. Con ese propósito, un grupo que se hallaba en Londres estableció contacto con los ministros William Pitt y Henry Dundas para encarecerles su colaboración remitiendo tropas a Saint-Domingue y así recuperar la paz en esa perturbada colonia.
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