Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 27 Enterado Blanchelande de la entrada de los dos mulatos en la colonia española, mandó a ella a un comisario para que García le entregase a los VXEOHYDGRV D ÀQ GH VHU MX]JDGRV HQ 6DLQW 'RPLQJXH &RQYHQFLGR GH OD FXO - pabilidad de Ogé y Chavannes, el gobernador se dispuso a llevar a cabo la entrega, pero quizás movido por un escrúpulo de conciencia sometió el caso al asesor Vicente Antonio Faura, quien dudó de la vigencia del Tratado de Policía de 1777, al que las autoridades de Saint-Domingue apelaron. Además GH HVD GXGD )DXUD MXVWLÀFy OD DFFLyQ GH ORV PXODWRV DUJXPHQWDQGR TXH ORV plantadores blancos se habían opuesto repetidas veces a acatar el decreto del 28 de marzo. 5 $ ÀQ GH DSODFDU HO FODPRU SRSXODU TXH IDYRUHFtD HO FULWHULR GHO asesor, García requirió del comisario la promesa de que los dos mulatos no serían ejecutados, pero luego de un inicuo proceso fueron condenados al su- plicio de la rueda. Murieron desangrados el 25 de febrero de 1791. 6 Esa terrible represión no produjo el resultado que los grandes blancos esperaban. El 7 de agosto, numerosos DIIUDQFKLV celebraron una reunión en la iglesia de Mirebalais con miras a concertar cómo enfrentar a sus enemigos en caso de que volviesen a rechazar su petición. Blanchelande los insultó y les exigió que se disgregasen. Encolerizados, los mulatos decidieron recurrir de nuevo a las armas, Bauvois, quien había participado en la guerra de indepen- dencia de los Estados Unidos, fue nombrado comandante general. Valiéndose de 300 negros cimarrones llamados suizos, los sang-melé ven- cieron a los blancos en la batalla de Pernier, lugar cercano a Port-au-Prince, quienes aceptaron la demanda que los triunfadores les solicitaron. El 11 de se- WLHPEUH UHSUHVHQWDQWHV GH ODV GRV IDFFLRQHV ÀUPDURQ HQ &URL[ GHV %RXTXHWV XQ DFWD SUHOLPLQDU UDWLÀFDGD PiV WDUGH HQ OD KDFLHQGD 'DPLHQV 7 R EBELIÓN DE LOS ESCLAVOS Lo ocurrido en Francia a partir de 1789 y las disputas de blancos y mula- tos en Saint-Domingue, en las que resonaban las palabras libertad, igualdad y fraternidad, llegaron a oídos de los esclavos de esa colonia. Víctimas más o menos resignadas durante tres siglos, entendieron que se aproximaba el día en que romperían las cadenas con las que sus amos los tenían aherrojados. La rebelión de los esclavos de Saint-Domingue no ocurrió espontánea ni improvisadamente, sino que fue previamente organizada. El domingo 14 de agosto de 1791 se reunió lo que pudiéramos llamar la élite esclava de unos 100

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