Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

172 /D HFRQRPtD \ OD YLGD FDPSHVLQD ÀQHV GHO VLJOR XVIII -c1870) Que la Española quedara relegada en los esquemas comerciales y polí- ticos del Imperio español no constituyó una anomalía ni una singularidad. Fue, por el contrario, producto de esas tendencias que hicieron que el poder español se concentrara en las regiones de América —como la Nueva España y la región andina— en las cuales la riqueza mineral y la abundante población LQGtJHQD JDUDQWL]DEDQ PD\RUHV EHQHÀFLRV D ORV GRPLQDGRUHV \ OD &RURQD 2 En tal contexto, las islas antillanas ofrecían pocos incentivos a los españoles. Por otro lado, las potencias enemigas de España irrumpieron de manera sis- temática en América; el Caribe fue una zona especialmente apropiada para confrontar el poder hispano en el Nuevo Mundo. En la región caribeña, los adversarios de España se apoderaron de varios de sus territorios; y los que permanecieron en manos suyas sufrieron de alguna forma los embates de sus rivales. En esa encarnizada pugna por el dominio del Caribe, la isla Española ocupó una especie de lugar intermedio ya que una parte de ella permaneció en PDQRV GH (VSDxD PLHQWUDV TXH VX ]RQD RFFLGHQWDO ÀQDOPHQWH VH FRQYLUWLy HQ una posesión francesa. Como es sabido, la presencia francesa en la Española VH RULJLQy HQ HO FRPHUFLR LOHJDO TXH OOHJy D DGTXLULU SURSRUFLRQHV VLJQLÀFD - tivas en las costas norte y oeste de la isla. En respuesta a la magnitud del contrabando, la Corona española decidió despoblar esas regiones, destruir los poblados existentes y trasladar a la población hacia el interior del territorio dominicano. No obstante, tal política —conocida como las Devastaciones de 1605-1606— resultó totalmente contraproducente porque facilitó lo que preci- samente pretendía impedir. En efecto, al quedar despobladas esas zonas, los contrabandistas y los piratas, que usaban como base de operaciones la isla de la Tortuga, incursionaron en la Española. Aquí se desarrolló un nuevo tipo social, el bucanero, dedicado a la cacería del ganado cimarrón que abundaba en la isla. Con el tiempo, esos intrusos se fueron asentando y se dedicaron a otras actividades, incluso a la agricultura. A esto se sumó la intervención del Estado francés, que aprovechó la oportunidad para disputarle a España otro de sus territorios caribeños. Ese desgajamiento del territorio insular acrecentó OD GHFDGHQFLD HFRQyPLFD \ GHPRJUiÀFD GHO 6DQWR 'RPLQJR HVSDxRO \ SUR - fundizó su aislamiento y su abandono por las autoridades coloniales. 3 7DOHV IDFWRUHV WDPELpQ FRQWULEX\HURQ D GHÀQLU HO PXQGR DJUDULR GRPLQL - cano a partir del siglo XVII , y pautaron su evolución durante las subsiguientes centurias, así como el surgimiento de sus sectores campesinos. El proceso descrito corresponde a un modelo histórico que, hace décadas, el antropólogo 6LGQH\ 0LQW] \ HO VRFLyORJR H KLVWRULDGRU +DUU\ +RHWLQN LGHQWLÀFDURQ FRPR propio del Caribe hispano. 4 En sus análisis sobre la evolución económica y ét- nico-racial del Caribe, ambos estudiosos destacaron que las Antillas hispanas

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