Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
156 La dominación haitiana paralelamente con el comportamiento mundial del mercado del café y, en particular, con la variación de los precios de este producto en los Estados Unidos, que era el principal comprador del café haitiano. No es casualidad entonces que la crisis política que se inició en Haití en 1838 fuese agravada por el impacto que tuvo en la economía haitiana la grave FULVLV ÀQDQFLHUD HQ ORV (VWDGRV 8QLGRV GH HVH PLVPR DxR \ PiV DGHODQWH SRU una segunda recesión ocurrida en Estados Unidos en 1841. Los efectos de ambas crisis mantuvieron una persistente continuidad en lo que respecta a la economía haitiana. En 1838 Haití logró, después de amargas negociaciones, que Francia con- sintiera en reducirle la deuda pendiente a 60 millones de francos, suma esa que los haitianos tampoco pudieron pagar porque los ingresos que generaban los impuestos a las importaciones apenas servían para pagar los gastos gu- EHUQDPHQWDOHV /DV H[SRUWDFLRQHV DSRUWDEDQ PX\ SRFR GLQHUR DO ÀVFR SRUTXH estaban casi totalmente desgravadas. +DLWt YLYLy GHVGH XQD FULVLV ÀQDQFLHUD GH ODUJD GXUDFLyQ (VD FULVLV sirvió de catalizador del descontento entre la clase dirigente haitiana, la clase mulata, que hasta entonces había mantenido una cierta unidad política bajo los regímenes de Pétion y Boyer. 19 Ese descontento tuvo su contraparte en la población dominicana en donde la resistencia a la dominación haitiana se mantenía viva debido, entre otras cosas, al empeño del Gobierno haitiano en someter económi- camente a la parte oriental de la isla. Las medidas económicas represivas que perjudicaban los intereses de la población dominicana solo servían para aumentar el espíritu de desafección en la Parte del Este. En ocasiones, el Gobierno cerró los puertos orientales al comercio extranjero para forzar a los dominicanos a exportar sus productos por los puertos occidentales. En otras obligó a los productores dominicanos a pagar impuestos onerosos. Y, en otras, atentó contra diversas tradiciones culturales como, por ejemplo, prohibiendo el juego de gallos y obligando a los notarios a redactar los actos públicos en francés. Todos esos hechos están bien documentados en las leyes, decretos y re- glamentos haitianos, y fueron luego mencionados como agravios políticos, HFRQyPLFRV \ FXOWXUDOHV HQ ORV PDQLÀHVWRV LQGHSHQGHQWLVWDV GRPLQLFDQRV publicados en 1844 para explicar por qué los dominicanos habían optado por separarse de Haití, como lo hicieron en febrero de ese año. 20 La insatisfacción política generalizada desembocó en dos movimientos conspirativos, uno en la parte oriental de la isla y otro en la parte occidental. Los líderes de estas conspiraciones se contactaron mutuamente para hacer
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