Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 149 dedicarse a producir principalmente frutos para la exportación, además de los víveres necesarios para su subsistencia. En caso de que alguno no quisiera mantener en producción su parcela, entonces tenía la obligación de venderla o cederla a otros productores. Boyer dictó otras disposiciones para inducir a los propietarios dominica- nos a dedicarse a la agricultura comercial, pero los habitantes de la antigua Parte Española preferían dedicarse a cortar maderas, sembrar tabaco y criar ganado, pues estos productos habían probado que tenían un mercado extran- jero asegurado. Muchas de las maderas que se exportaban eran cortadas en terrenos que ahora se consideraban propiedad del Estado, pero que siempre habían sido tenidos como terrenos comuneros. El Gobierno haitiano trató sin éxito de impedir esas actividades aduciendo que quitaban brazos a la agricultura comercial. A pesar de las prohibiciones, los dominicanos siguieron cortando madera para venderla, legalmente o en contrabando, lo cual era señalado por las autoridades como causa de la caída de las exportaciones tradicionales, particularmente el azúcar, el algodón y el añil. Cortar caoba para la exportación era una de las ocupaciones más po- pulares entre los dominicanos entonces. En sus memorias el cónsul de Gran Bretaña, Charles Mackenzie, llegado a la isla en 1826, menciona varios casos en que la explotación de los bosques de caoba era el principal quehacer eco- nómico de algunos lugares de la parte oriental de la isla. 10 Que en la Parte del Este los propietarios rurales no cultivaran frutos exportables era explicable, pues aquí la tradición era criar ganado, cortar ma- deras y plantar tabaco, y los habitantes de esta parte eran, de acuerdo con los haitianos, «un pueblo indolente y poco trabajador que no cultiva sino según sus necesidades, sin ir más lejos». 32 Pero en la parte occidental de la isla, que era precisamente donde la élite mulata gobernante poseía sus más importantes propiedades, había que hacer algo y ello no podía ser otra cosa que volver a obligar a los campesinos D WUDEDMDU SDUD ODV SODQWDFLRQHV (O ž GH PD\R GH %R\HU FRPSDUHFLy frente al Senado haitiano y presentó un conjunto de leyes encaminadas a reorganizar la economía agrícola de Haití sobre el principio de que el trabajo de los campesinos en las plantaciones era obligatorio y nadie podría eludirlo sin ser castigado. El Código Rural, como se le llamó a este conjunto de leyes, fue diseña- do para que la economía haitiana recobrara los niveles de productividad de tiempos de Dessalines. 11 Puesto que nadie quería ser jornalero ni empleado de otros, y en muchos casos ni siquiera quería ocuparse de su propia tierra

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