Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III

Historia general del pueblo dominicano 125 denunciara al presidente de las Cortes. Su denuncia tenía que ver con dos car- WDV FRQÀGHQFLDOHV UHPLWLGDV SRU HO GLSXWDGR D 6iQFKH] 5DPtUH] \ HO &DELOGR cartas que el primero abrió ante el secretario de la gobernación, el teniente coronel Ramón Santacilia. En ellas Álvarez de Toledo describía la crisis por la que atravesaba España, acusaba a las Cortes de querer entregar a Inglaterra los territorios americanos y anunciaba su decisión de pasar a Santo Domingo HQ FXDQWR OOHJDVH HO GLSXWDGR WLWXODU FRQ OD ÀQDOLGDG GH ©VHU ~WLO D HVWD SDUWH del nuevo y poderoso imperio». Según Núñez de Cáceres, el lenguaje empleado por Álvarez de Toledo era el de quien «toca la funesta alarma de la independencia» y el contenido de las misivas una «tea incendiaria que si hubiese trascendido al conocimiento de este pueblo y de los circunvecinos [...] hubiera sublevado las posesiones DPHULFDQDV TXH VH PDQWLHQHQ SDFtÀFDV \ FRQVHUYDQ ÀHOHV ORV YtQFXORV GH XQL - dad nacional», por lo que decidió no enterar a nadie de ellas. El temor de Núñez de Cáceres era exagerado, pero de todos modos las Cortes resolvieron encausar a Álvarez de Toledo y solicitaron al intendente TXH OHV HQYLDVH ODV FDUWDV SDUD FRWHMDU ODV ÀUPDV FRQ OD RULJLQDO GHO GLSXWDGR El tribunal de las Cortes ordenó su comparecencia y al no acudir a él recomen- dó al presidente del Consejo de Regencia que averiguase si había salido de Cádiz, su destino y si viajaba solo o en compañía de su esposa. En cuestión de horas, el gobernador de esa ciudad informó que Álvarez de Toledo se había ausentado de su casa hacía cuatro días, sospechando que se había embarcado para Puerto Rico en la goleta Fortuna . Consecuentemente, el Ministerio de Guerra expidió una circular a todos los gobernadores y comandantes militares de los puertos de Indias y de «los puntos libres de los enemigos de España» pidiéndoles que detuviesen al prófugo y lo devolviesen a Cádiz. Otra circular del mismo Ministerio exigió a los administradores de Correos que retuviesen cualquier correspondencia dirigida al diputado. Lo único que se consiguió fue una carta anónima sellada en las islas de Barlovento y dirigida a Álvarez de Toledo. 5 1~xH] GH &iFHUHV MXVWLÀFy VX GHFLVLyQ GH PDQWHQHU ODV FDUWDV GH ÉOYDUH] de Toledo a buen recaudo en el hecho de que, a la llegada de las mismas, se hallaba procesando al regidor y contralor interino del hospital militar, Manuel del Monte, acusado de conspirar a favor de la independencia de Santo Domingo. Sus planes consistían, a juzgar por los documentos que se le deco- misaron, en concertar la paz entre Pétion y Christophe, recabar su ayuda y, una vez vencida la resistencia de las autoridades locales, formar una Junta de Gobierno compuesta por blancos, negros y mulatos. Al parecer, Del Monte no contaba con muchos prosélitos, aunque había ganado para su causa a algunos

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