Historia General del Pueblo Dominicano Tomo III
Historia general del pueblo dominicano 121 Al conocerse en Santo Domingo los sucesos ocurridos en la metrópoli, la clase dominante de la colonia, constituida principalmente por los hateros, había apoyado al general Jean-Louis Ferrand cuando en enero de 1804 ocupó la parte oriental de la isla tras la rendición de Jean-Baptiste Rochambeau, su- FHVRU GH &KDUOHV (PPDQXHO /HFOHUF PXHUWR D FDXVD GH OD ÀHEUH DPDULOOD D ODV tropas comandadas por Dessalines. Sin embargo, la población dominicana, dirigida por Juan Sánchez Ramírez, se sublevó contra dicho general no solo movida por sus sentimientos hispánicos, sino también debido a su temor de que el fomento de la agricultura acabase con la ganadería, base económica que sustentaba su condición social. La llamada Guerra de Reconquista, cuyo hecho más notable fue la batalla de Palo Hincado del 7 de noviembre del citado año, en la que Ferrand, derro- tado, se mató de un pistoletazo, terminó en julio de 1809, fecha a partir de la cual Santo Domingo volvió al dominio de España, donde la Junta Suprema Central decretó la convocatoria a Cortes con el propósito de que ese organis- mo rigiera los destinos de la nación en ausencia del monarca. La Junta acordó además que los diputados americanos fuesen seleccio- nados en calidad de suplentes de entre los criollos que vivían en Cádiz y HQ OD LVOD GH /HyQ (O WHQLHQWH GH QDYtR -RVp ÉOYDUH] GH 7ROHGR \ HO ÀVFDO GH la hacienda de La Habana, Francisco Mosquera y Cabrera, fueron elegidos para representar a Santo Domingo. Invadida Andalucía por los franceses, los miembros de la Junta resignaron sus cargos y nombraron una Regencia. Tras algunas dilaciones, las Cortes inauguraron sus sesiones el 24 de septiembre de 1810 y dos años más tarde, el 18 de diciembre, promulgaron la primera Constitución liberal de España, la cual limitó los poderes reales, reorganizó el gobierno y abolió la Inquisición y todo cuanto pudiera considerarse propio del antiguo régimen. Los diputados a Cortes se dividieron en dos partidos de tendencias opuestas: los contrarreformistas o serviles y los reformistas o liberales, quie- nes integraban la mayoría, gracias a la cual se aprobaron casi todas las pro- puestas revolucionarias. En cuanto a los americanos, no solo intervinieron en los debates, sino que aportaron su visión de la realidad sociopolítica de sus respectivas colonias. De todos ellos, fue la facción más radical la que preconi- zó un nacionalismo excluyente, o sea, independiente de cualquiera otra sobe- ranía distinta a la republicana. Entre las mociones admitidas a petición de ese EDQGR ÀJXUDURQ OD LJXDOGDG GH UHSUHVHQWDFLyQ \ GH GHUHFKRV \ XQD DPQLVWtD para los encausados por delitos políticos relacionados con la insurgencia. Mientras todos esos acontecimientos tenían lugar en la Península, Santo Domingo pasó, durante el período de la denominada España Boba, por un
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